jueves, 27 de noviembre de 2014

Cuando el niño se porta mal... Más allá de los sermones


Por supuesto que hay muchas técnicas para cuando el niño se porta mal:

La chancla

El sermón

El castigo

La amenaza

El retiro de privilegios

Y si bien la mayoría de estos funcionan, el costo puede ser elevado. El niño cambia por la presión externa (el miedo a…), e introyecta (guarda en su subconsciente) la noción de que “hay algo mal en mí, merezco ser castigado”. De ahí surge el que tantos padres hoy aprueban este tipo de trato con los niños.

Queremos proponerte una opción para corregir sin lastimar, que funciona con niños de 3 a 7 años. Se llama: “El cuento de la hormiga” (o cualquier otro animal )

En esta etapa, el niño está inmerso en un mundo de fantasía. Su imaginación no sucede al azar. Todo lo que describe y vive es proyección de sí mismo, una extensión de quién es y quién quisiera ser.

Por esto, cuando se porta mal:

1- Haz un alto para el niño. Detén el comportamiento inapropiado. Indícaselo con claridad y firmeza.

2- Espera 10 a 15 minutos. Permite que el momento pase, y que el niño no esté enfocado en el evento.

3- Relata un cuento corto (5 minutos) en el que describes el suceso tal y como sucedió, haciéndolo en tercera persona y usando animales, en lugar de al niño.

“Había una vez una hormiguita que quería jugar mucho tiempo. Cuando mamá hormiga dijo que ya era hora de irse a bañar, la hormiguita comenzó a refunfuñar. No obedecía a su mamá, y gritaba y gritaba - ¡Quiero jugar más! ¡No quiero bañarme!

Mamá hormiga, ya casi desesperada, dijo con una fuerte voz - ¡Basta de jugar! ¡A bañarse he dicho!

La hormiguita se metió a bañar enojada. Y ya que estaba en el agua, jugaba y jugaba con el jabón, ¡muy feliz!”

La función principal del cuento es ayudar al niño a verse reflejado a través del cuento. Como no se trata de sí mismo, sino de “una hormiga”, no lo siente como regaño. Ya que ha pasado el momento no está enganchado emocionalmente, y se presta para que reflexione sobre su comportamiento. Al escucharlo en tercera persona, no se siente juzgado ni culpado, por lo que no introyecta la noción de que hay algo mal en él.

Y esta es la verdad. No hay nada malo en nuestros niños. Simplemente están aprendiendo a adaptarse y convivir con otros.

Las reglas para hacer el cuento:

Hacerlo cuando ya pasó el evento y la emoción del mismo, pero no esperar demasiado.

No debe durar más de 5 minutos.

Relatar los sucesos TAL CUAL. Resiste la tentación de inculcar moral, valores o moralejas. Incluye tus reacciones - también te ayudará a ti a darte cuenta y aceptar tus errores.

Si el niño dice que no quiere escucharlo más, hazlo más corto y divertido. No debe sonar como sermón con moraleja, sino como CUENTO.

No esperes resultados inmediatos. La toma de consciencia lleva tiempo. Confía en que tu hijo tiene todo lo que necesita para madurar y crecer con amor.

NOTA: Es importante señalar que a muchos niños no les gusta verse reflejados. Sobre todo si lo asocian con sermones o chantajes emocionales que han recibido antes.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario